¿Qué es el Maha Lilah?

El antiguo juego de Lilah, o Serpientes y Flechas, traza el mapa de las subidas y bajadas del camino del alma hacia la reunión con el Infinito.

Serpientes y Flechas fue construido por videntes y santos de la India como una herramienta para comprender la relación del yo individual con el Ser Absoluto.

Durante mucho tiempo, las setenta y dos casillas de este tablero han permitido a los jugadores trazar los caminos que representan el transcurso de sus vidas.

Cada casilla representa una virtud o un vicio, un aspecto de la conciencia o un plano de la realidad y un comentario que explica su significado.

La caída de un dado, que corresponde a las fuerzas del karma, dicta el progreso del jugador sobre el tablero. Los repetidos encuentros con las serpientes y las flechas del tablero revelan significados profundos y ayudan al jugador a descubrir patrones, ilusiones y oportunidades de liberación. El Maha Lilah es un espejo del alma, un viaje de autoconocimiento donde el azar no existe: cada movimiento es una revelación.

Cómo se juega

El Maha Lilah se juega con un tablero que representa los estados de conciencia y un dado. El objetivo es avanzar de las casillas iniciales hacia un estado de conciencia más elevado, utilizando un objeto personal para representar al jugador.

1. Representación del jugador: cada jugador elige un objeto personal, como un anillo o una piedra, para representarlo en el tablero.
2. Movimiento con el dado: el juego comienza con el lanzamiento del dado para determinar el movimiento.
3. Avance y retroceso: si se cae en una casa con una flecha, se avanza a un nivel superior de conciencia; si se cae en una casa con una serpiente, se desciende a un aprendizaje pendiente.
4. Reflexión personal: cada casilla tiene un significado que refleja un aspecto interno. El jugador reflexiona sobre cómo esa energía se manifiesta en su vida.
5. Búsqueda del conocimiento: el juego invita a observar patrones de pensamiento y comportamiento para evolucionar espiritualmente.
6. Finalidad: el objetivo no es ganar o perder, sino comprender, sanar y recordar la esencia del alma.